Cría fama y échate a dormir
Para mí que el refranero español tiene mucho de sabiduría. Este refrán hace alusión al concepto que los demás tienen de una persona. Está fundamentada en la reputación que podamos tener, independientemente de si somos como se nos etiqueta o no. Todas las personas llevamos la “carga de la fama” por la que se nos juzga o condiciona nuestras relaciones con los demás. Así puedes ser despistado, tranquilo, presumida o con una inteligencia superior. Sea cual sea la fama que te acompañe va a condicionar tu vida y relaciones sociales.
En los años dedicados como trabajadora social a las personas mayores dependientes y sus cuidadores he comprobado, principalmente en las visitas domiciliarias los falsos mitos presentes en el día a día y en el lenguaje cotidiano. ¿Por qué en las visitas domiciliarias?, porque es donde cada uno se manifiesta más libre y relajadamente. Nuestro hogar es nuestro refugio, donde nos formamos y donde somos nosotros mismos. Donde los usuarios y familiares comparten los sentimientos y preocupaciones ante las acertadas preguntas del profesional.
Hoy me gustaría mostraros algunas de estas famas que se han ido criando en el mundo de los mayores dependiente y sus familiares y demostrar la falsedad que hay en ciertas afirmaciones:
Con el Alzheimer se vuelven agresivos
No es así exactamente. Uno no se vuelve violento porque padezca esta enfermedad, pues no lo lleva implícito el diagnóstico. Lo que sí ocurre, es que en ciertas situaciones, ante la incomprensión de lo que está sucediendo, o como respuesta a una desorientación, alucinación o delirio, la persona puede reaccionar de una manera agitada o tener un “episodio” de agresividad verbal o física, como mecanismo de defensa ante una amenaza.
A su edad ¿para qué arreglarse?
Nuestro estado de ánimo puede depender mucho de nuestra imagen, por eso cuando nos asomamos al espejo nos gusta vernos guapos y guapas (sobre todo a las mujeres). Es recomendable, independientemente de la edad que se tenga, tener una aspecto lo más acicalado posible. Por eso no debemos descuidar es aspecto de, aquellas personas que han tenido por costumbre cuidar su imagen.
Puedes hablar tranquila, total, él / ella no se entera
Es cierto que debido a una hipoacusia o al deterioro cognitivo que pueda presentar una persona, no sea capaz de seguir una conversación normalmente. Sin embargo no podemos olvidar el lenguaje no verbal. Este comunica mucho y por las expresiones, miradas y gestos, la persona dependiente puede saber que se está hablando de ella e incomodarse al no entender qué sucede. Su reacción, en este caso puede ser de agitación o violencia, como señalaba al principio.
Los cuidados son cosas de mujeres
Esta idea está muy extendida, sobre todo en zonas rurales, y atiende principalmente a un lastre cultural. No es cosa que venga marcada en el ADN femenino, sino que de manera cultural, las tareas domésticas y los cuidados personales se han asignado a la mujer. Está comprobado que ambos sexos pueden realizar esta tarea. Tan solo es necesario eliminar barreras psicológicas.
En las residencias se abandonan a los “viejos”
Esta idea tiene su origen en los antiguos asilos y sanatorios de siglos pasados. Si es cierto que hay algunos resientes que no reciben las visitas de sus familiares, pero hay un porcentaje elevado que sí reciben visitas periódicas de sus seres más cercanos. El concepto, y el diseño del recurso en general, ha cambiado mucho. Ha pasado de ser una especie de hospital donde los mayores terminaban sus días, en los que las normas eran rígidas y totalmente sanitarias a ser una especie de “gran casa u hotel sociosanitario” donde uno puede visitar a sus mayores y pasar el día juntos, comer en el lugar o llevárselo de fin de semana y luego regresar a su residencia. La mayoría están dotadas, no solo de los recursos y personal sanitario necesario, sino que disponen también de terapias ocupacionales y cognitivas, actividades socioculturales, departamento psicológico y social, gimnasio, peluquería, etc.
Las personas con Alzheimer no se dan cuenta de lo que les está pasando
No es del todo cierto. Respecto a esta afirmación habría que tener en cuenta varias cosas. Si se encuentran en un estado leve o moderado, la persona con demencia tiene aún una percepción de la realidad muy aproximada a las de todas las personas. Sin embargo,si se encuentra en una fase grave, la percepción puede encontrarse más distorsionada.
Cuantas más cosas hago por él o ella mejor le cuido
Cuidado con este pensamiento, pues pude llegar a perjudicar a la persona dependiente. No olvidemos respetar los ritmos y dejar hacer aquello que puedan hacer por sí solos. La intervención debe realizarse solo en aquellas tareas que la persona no sea capaz de realizar por sí sola.
Nadie le cuida como yo
A este tipo de creencias yo les llamo “suicidas” porque pueden llegar a ser peligrosas. La persona que interioriza esta idea cierra las puertas a la ayuda externa, lo cual, aumenta el nivel de estrés y favorece la pronta aparición del burn out o síndrome del cuidador quemado. Es cierto que nadie va a querer a la persona dependiente como su cuidador principal, sin embargo es necesario dejar la puerta abierta a terceros para desconectar y estar abierto a nuevas posibilidades y aprendizaje continuo.
Y, para terminar con el refranero, lo bueno si es breve…… espero haber sido de ayuda y motivo de reflexión.
¡Que pasen una buena semana!