A medida que nuestros mayores cumplen años van necesitando más ayuda y cuidados, y con el ritmo de vida frenético que llevamos en la actualidad, para la familia es a veces muy complicado compaginar el trabajo con la asistencia a los mayores, por lo que se opta por llevarles a una residencia de ancianos, donde se le garantizarán todos los cuidados que necesita.
No es una decisión fácil ni para la familia ni para la persona mayor, pero se puede atenuar el trauma eligiendo una residencia adecuada donde gane calidad de vida. Para elegirla, vamos a ver algunas recomendaciones que nos guiarán y desvelarán cuál es la residencia de ancianos óptima.
- Tener en cuenta la accesibilidad del recinto, si se puede acceder a todas partes en silla de ruedas.
- Prestar atención si trabaja personal cualificado (médicos, enfermeras…) y si están todos los horarios cubiertos con este personal las 24 horas del día, además de saber si es un equipo propio o hacen visitas periódicas.
- Preguntar por las actividades de estimulación que se le hacen, para asegurarnos que no se pasarán el día viendo la televisión y que harán ejercicios.
- Fíjate en el trato que tengan con otros paciente, si les llaman por su nombre.
- Saber también cuáles serán los canales para contactar con la residencia de ancianos en caso de tener alguna pregunta sobre el paciente y también cuál será la rapidez de respuesta. Al igual que saber si facilitan informes periódicos de los ancianos para ver su evolución tanto física como emocional.
- Con respecto al dormitorio, fijarse si cuentan con camas articuladas y los lavabos tienen ayudas técnicas para la mejor movilidad de la persona posible.
- Preguntar también qué servicios ofrece la residencia, tipo podología, fisioterapia… y si están incluidos en el precio mensual o son aparte.
- Acerca de la comida, si se puede personalizar el menú en función de las recomendaciones dietéticas o de los gustos de la persona mayor.
- Si las recetas médicas serán gestionadas por el personal del centro al igual que de sus controles rutinarios y analíticas.
- Si tendrá libertad para salir del centro, ya que hay personas mayores que se valen por sí mismas.
- Si se tiene oportunidad, preguntar a alguna persona que resida actualmente en la residencia elegida cómo es su estancia allí, si está agusto. Probablemente su respuesta le despejará muchas dudas.
Son algunas recomendaciones interesantes para detectar una buena residencia en la que la persona se sienta tranquila y esté bien atendida, pero lo más importante de todo, es centrarse en la persona y en buscar una residencia de ancianos que sobre todo, se adapte más a sus necesidades específicas.