Se acerca el buen tiempo y también, las altas temperaturas. En general, es una época en la que debemos extremar las precauciones todos y especialmente las personas más vulnerables, como las personas dependientes. Hay que protegerlos de las altas temperaturas para evitar los graves problemas que puede provocar como el agotamiento, la deshidratación, mareos, inestabilidad, dolor de cabeza, calambres, golpes de calor…
Por eso, los cuidadores debemos procurar seguir algunas recomendaciones con personas dependientes durante el calor como:
- Cerrar las persianas para evitar que entre el calor y abrirlas por la noche.
- Cambiar la planificación de las salidas, de manera que evitemos los paseos entre las 12.00 h del mediodía y las 18.00 h de la tarde.
- Darle abundante líquido aunque no tenga sed.
- Evitar las comidas copiosas para tener digestiones más ligeras.
- En la vivienda, acomodarla y permanecer en los lugares mejor acondicionados y más frescos.
No obstante, en el caso de que veamos síntomas de padecer un golpe de calor, lo que debemos hacer es en primer lugar, colocar a la persona en la sombra y quitarle ropa para darle aire. La mejor posición en estos casos es con la cabeza ligeramente elevada y aplicarle agua fría en la cara y las axilas pero no meterle en la bañera. Por supuesto darle abundante agua. En el caso de que la persona estuviera inconsciente, es recomendable tumbar a la persona de lado con las piernas flexionadas. Y muy importante, pedir ayuda llamando al 112.
Lo cierto es que el calor no nos afecta a todos por igual, y aquellas personas enfermas o dependientes tienen más riesgos. De hecho, si la persona está medicándose o tiene una enfermedad crónica, es aconsejable que consulte a su médico para saber qué medidas complementarias debe tomar.
Por lo tanto, el calor es muy peligroso si no se toman las precauciones adecuadas, especialmente en personas con dependencia.