Por todos es sabido, que no hay nada mejor que llevar una vida con una buena alimentación complementándola con actividades físicas o activas, para estar sanos y fuertes.
Una buena alimentación y unos hábitos saludables condicionan nuestra salud en cualquier etapa de la vida. Por lo tanto en la tercera edad debemos de seguir cuidando igual o más la alimentación, para prevenir o subsanar la aparición de posibles problemas como la hipertensión, anemia o diabetes entre otras.
Suele ser un error frecuente de nuestros mayores, el desentenderse de las tareas rutinarias como comprar alimentos saludables ó cocinar.
Según las estadísticas, 1 de cada 5 ancianos tiene problemas para caminar, para hacer la compra y para preparar sus alimentos o cocinar como lo hacían antes. Esto origina un acceso limitado a las cantidades adecuadas y a las variedades de alimentos. Por ello, es conveniente ayudarles a realizar la compra para que ésta sea saludable y no caigan en la facilidad de la comida basura o en una alimentación que no les aporte los nutrientes oportunos.
Consejos para encargarse de una buena alimentación de la ayuda a domicilio:
- El usuario o paciente debe realizar 3 comidas al día, al menos, sin saltarse el desayuno, el cual complementaremos con cereales, como avena o lácteos como la soja. Estos alimentos se pueden ir alternando durante la semana.
- Se debe organizar una compra semanal para planificar los alimentos que vamos a necesitar durante la semana. Podemos elaborar también un calendario alimentario, con la dieta semanal.
- Alimentos apropiados:
- Las verduras, legumbres, hortalizas y pescado deben tener un papel esencial en la dieta diaria.
- Los lácteos son nuestro mejor aliado contra la osteoporosis. Leche, queso, yogurt… Y si se toman desnatados, mejor aún.
- Los cereales deben estar presente diariamente; pan, arroz, pasta… un aporte de fibra ayudará a mantener un buen funcionamiento intestinal y reducir el riesgo de enfermedades crónicas como las enfermedades del corazón y diabetes.
- Añadir a la compra semanal carne de pollo ó de pavo, mejor sin piel para disminuir la cantidad de grasa. Recuerda, carnes blancas mejor que rojas.
- No abusar del café ni del alcohol. Tener precaución si el usuario está tomando algún medicamento incompatible con ambos.
- La sal queda prohibida. Podemos suplirla con especias como el tomillo, el romero o el laurel, daremos sabor a nuestros platos a la vez que prevenimos la hipertensión.
- Vigilar el colesterol. Evitar lo máximo posible los fritos y congelados. En caso de incluirlos esporádicamente en la dieta, usar aceite de oliva.
Obviar también la bollería industrial y los embutidos.
Y por último, mantener una hidratación adecuada en el cuerpo del usuario. Se recomienda beber de 8 a 10 vasos de agua, aunque no tengamos sed, es imprescindible protegerse de una posible deshidratación.
Y vosotros, ¿cuál es el alimento favorito de tus personas mayores?