Alimentación saludable en verano
Cuando llega el verano debemos de cuidar mucho nuestra alimentación e hidratación, para sobrellevar adecuadamente los excesos de temperaturas y evitar mareos, deshidratación y otros posibles cuadros de salud que son provocado por las temperaturas elevadas.
Varios expertos del ámbito de la nutrición, han elaborado una guía con recomendaciones generales y equilibrada para personas con algún grado de dependencia, centrándose en las necesidades energéticas según el rango de edad y la actividad física, en situaciones concretas de sedentarismo.
La guía se basa en los principios de la alimentación saludable:
– Disfrutar de una amplia variedad de alimentos.
– Comer con regularidad.
– Equilibrio y moderación.
– Mantener un peso corporal saludable para sentirse bien.
– Cinco raciones de fruta y verduras al día.
– Basar la dieta en alimentos ricos en carbohidratos.
– Beber muchos líquidos.
– Grasas con moderación.
– Moderar el consumo de sal.
– Para cambiar de hábitos: empezar lo antes posible e ir introduciendo los cambios de forma gradual.
Para consultar y descargar la Guía completa, puedes hacerlo aquí: Guía Recomendaciones de Alimentación para Centros de Personas Mayores y Personas con Discapacidad (http://www.ladependenciaencasa.com/blog/wp-content/uploads/2015/03/recomendaciones_alimentacion_centros_mayores_discapacitados.pdf )
Para planificar una dieta adecuada en los meses de verano, tenemos que tener en cuenta el incremento de la temperatura que hace que necesitemos consumir menos alimentos para el mantenimiento y estabilización de la temperatura corporal. Sin embargo, las personas mayores no pueden descuidar su dieta, y precisan un aporte energético y de nutrientes adecuado a sus necesidades, a expensas de alimentos con menor aporte energético (frutas, verduras y hortalizas), pero más ricos en vitaminas, sales minerales, fibra, y sobre todo líquidos (agua), ya que así contribuyen a mejorar la hidratación.
Consejos fundamentales para la alimentación en verano:
– Debemos tomar alimentos frescos, ligeros, ricos en agua y fibra.
Estos son los principales:
Hortalizas y verduras; tomate, lechuga, pepino, col, coliflor, brócoli, alcachofa, calabacín, berenjena, pimiento, remolacha, zanahoria, acelga, apio, puerro, cebolla, rábano, nabo, judías verdes, brotes de soja, y escarola.
Frutas; ricas en agua, como el melón, la sandía, la fresa, el melocotón, el albaricoque, la ciruela, la cereza, la uva, el kiwi, la piña, el higo, la manzana..
Cereales; integrales de cebada, maíz, o mijo, ya que no aportan grasas.Debemos evitar los alimentos muy calóricos, especialmente los ricos en grasas saturadas como las carnes grasas, los embutidos, los quesos curados y la leche entera.
Tomar alimentos ricos en ácidos grasos mono y poli-insaturados como el ácido oleico, presente en el aceite de oliva y los aceites de semillas, los frutos secos oleaginosos y el pescado azul, rico en ácidos grasos omega 3.
– Modo de preparación.
Preparar diariamente ensaladas, utilizar preparaciones ligeras, en forma de caldos, sopas y cremas frías, gazpachos, preparar las carne o pescado a la plancha o cocido, tomar abundante fruta, bollería y dulces no más de una vez a la semana, controlar las especias picantes y los condimentos excesivos.
– Bebidas para el verano
Hay que beber de 2 a 2,5 litros al día, no sólo de agua, podemos complementar los líquidos con zumos de frutas, leche, batidos, horchatas, infusiones, y a base de alimentos ricos en agua.