Existen una gran cantidad de héroes anónimos que luchan día a día para ayudar a sus familiares en una situación de dependencia. Esto supone facilitar a la persona determinados servicios para la protección de sus condiciones físicas, psíquicas y sociales. Y para ello, paradójicamente, el cuidador en muchas ocasiones, en su esfuerzo por cumplir adecuadamente sus funciones, puede actuar en detrimento de sus propias condiciones de vida, ya sean relacionadas con su propia salud, su economía o sus relaciones sociales.
Normalmente, los cuidadores desempeñan labores del hogar del tipo limpiar, cocinar, ayuda en desplazamientos, organización y suministro de la medicación, entre muchas otras tantas tareas cotidianas como darles de comer, etc. Pero muchos de ellos también se enfrentarse a otros problemas de la persona como pueden ser, insomnio, pérdida de memoria, incontinencia, agresividad, etc. Debido a esto, resulta complicado generalizar en sus rutinas, ya que cada cuidador vive una experiencia diferente y única con respecto a otro. Sin embargo, sí comparten entre ellos una tensión acumulada provocada por la gran responsabilidad de cuidar a sus seres queridos, aunque a veces no lo reconozcan, y les acarrea problemas tanto físicos como psíquicos. Para evitar esta situación, es aconsejable llevar a cabo varias recomendaciones en su día a día:
Descansar
Es muy importante programar descansos,aunque sean pequeños. En ocasiones es complicado pero salir de paseo o visitar a amigos o familiares le ayudará en su estado físico y emocional.
Dieta saludable
Comer bien, de forma equilibrada, no subestimar las horas de sueño y no descuidar su salud. Ante cualquier síntoma (dolor de espalda, insomnio, etc), al médico.
Aislamiento
Suele ser una sensación que comparten los cuidadores. Para evitarlo, es recomendable acudir a sesiones de apoyo con personas que están pasando por la misma situación.
Planificación del futuro
Prever los problemas que puedan surgir y pensar en un plan de actuación. Las situaciones de dependencia, en ocasiones, tienen un alto índice de incertidumbre y provoca mucha tensión en los cuidadores. Por ello, es aconsejable tener planeadas las soluciones ante cada problema que creamos pueda surgir; desde saber con quién vas a contar para una ayuda futura con la persona (familiares, voluntarios, recursos sociales, etc) como cualquier otro tipo de necesidades.
Fomentar la independencia del familiar
En la medida de lo posible, tratar de que haga por sí mismo todo aquello que puede hacer de forma autosuficiente. Ayudarle sólo en lo que necesita y enseñarle a cuidarse de una forma responsable, incluso darle la oportunidad de tomar decisiones. Potenciará su autoestima.
Por lo tanto, es muy importante que el cuidador se cuide, porque asume grandes responsabilidades y puede llegar a ser una tarea muy dura tanto física como psíquica. Aunque también es cierto que en muchos casos, esta experiencia les enseña un “yo” desconocido, con facetas de sí mismo inimaginables hasta la fecha, y sienten una gran satisfacción personal por el hecho de poder ayudar a sus seres más queridos.