Muchas veces no pensamos las consecuencias negativas para la salud física que puede acarrear el cuidar a una persona que necesite una atención especial para desarrollar sus tareas diarias. Por eso debemos prevenir posibles lesiones aprendiendo diferentes técnicas para las tareas diarias del cuidado.
Aunque forme parte de una rutina diaria, no podemos descuidar ciertas pautas a seguir para prevenir posibles lesiones en los cuidadores de personas dependientes. Estos daños no siempre se manifiestan al principio, suelen ser daños colaterales de esfuerzos y movimientos bruscos cuando se manipula un cuerpo que no responde con la misma agilidad o no tienen capacidad autónoma, que pueden aparecer tras unos meses o incluso años de realizar el esfuerzo.
Algunas de las consideraciones que tenemos que tener en cuenta:
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A la hora de hacer transferencias:
Tener en cuenta la talla y peso del individuo que vamos a transferir.
Valorar el grado de incapacidad del paciente, para solicitar o no su colaboración.
La piel debe estar seca, tanto de agua como sudor, para evitar lesiones por fricción.
Agarrar al paciente por los hombros, codos, cadera y tobillos.
Dar seguridad en todo momento.
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Para las movilizaciones:
Intentar que la persona realice por si mismo los cambios posturales en la medida que le sea posible.
Evitar el contacto directo con las lesiones.
No realizar movimientos bruscos que ocasionen dolor.
Establecer una tabla de rotaciones adaptada, en la que iremos anotando las diferentes posturas en la que vamos colocando a la persona dependiente a lo largo del día.
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Consejos para coger y cargar algún peso:
Hay que tener presente que coger pesos hace sufrir la espalda y que debemos hacerlo adecuadamente para no provocar una lesión.
Cuando sea el momento de levantar peso, no se debe de hacer de manera brusca.
Identificar antes de cargar el peso: cuánto peso es, qué volumen tiene, cuál es la distancia en la que vamos a cargar y quitar posibles objetos que obstaculicen la tarea.
Inspirar al hacer fuerza cuando levantamos el peso.
Para levantar un peso hay que hacer fuerza con las piernas, no con la espalda.
La parte superior de la espalda debe mantenerse recta mientras que hacemos un ligero arco en la parte inferior.
Mantener la carga cerca del cuerpo: no extender los brazos.
No debemos levantar el peso por encima de la cabeza.
La carga que llevemos no debe bloquear nuestra visión
Si vamos a girar, hacerlo con las piernas, y no con el abdomen.
Bajar la carga de forma adecuada es tan importante como elevarla para no sufrir lesiones: debe hacerse lentamente y si hemos de bajar la carga al suelo, hay que flexionar las piernas y no la espalda.
Separar los pies nos permite tener una mayor base de apoyo.
Hay que pisar con toda la planta del pie y nunca ir de puntillas.
Con la práctica diaria de estas pautas podremos cuidarnos a nosotros para atender lo mejor posible a la persona que nos necesita.