El alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta como deterioro cognitivo. Se caracteriza en su forma típica por una pérdida de la memoria inmediata y de otras capacidades mentales, a medida que mueren las células nerviosas o neuronas y se atrofian diferentes zonas del cerebro.
Esta enfermedad suele tener una duración media aproximada después del diagnóstico de 10 años, aunque esto puede variar según la severidad de la enfermedad al momento que sea diagnosticada.
Las personas que tienen un familiar que padezca esta enfermedad, pueden llegar a encontrarse ante momentos verdaderamente desesperante y en los que no saber como actuar. Por lo general, es una enfermedad larga y complicada de asimilar para los familiares y conocidos del entorno de la persona afectada.
Hoy queremos guiaros en el arduo camino de esta enfermedad, con una pequeña guía de consejos o puntos claves para cuidar a una persona enferma de alzheimer:
– Seguir una rutina diaria. Asegurarse de que haya muchos objetos familiares alrededor.
– Se debe estar al tanto de dónde está el paciente y de su seguridad. Un método que algunas familias usan para prevenir que el paciente se extravíe es ponerle campanas a todas las puertas que den al exterior o cerrar de forma segura las ventanas y puertas.
– El paciente debe comer bien y beber líquidos en abundancia.
– Ayudar al paciente a que se mantenga los más independiente posible por el mayor tiempo posible.
– Proporcionar oportunidades para que el paciente haga ejercicios regularmente y no se olvide de la recreación.
– Otro punto importante, es seguir relacionándose con los amigos y la familia del afectado.
– Emplear ayudas escritas para la memoria como calendarios y grandes relojes, listas de las tareas diarias, recordatorios acerca de las rutinas o medidas de seguridad e identificando las etiquetas en los objetos que pueden olvidarse.
– Asegurarse que el paciente se haga chequeos regulares.
– Planificar necesidades futuras como la atención en Centros de Día y el ingreso en una Residencia.
– Hay que dar mucho apoyo emocional al paciente y a todos los prestadores de asistencia.
– Asegurarse que el paciente tome los medicamentos regularmente, si se prescriben.
– Asociarse a un grupo de apoyo para los miembros de la familia.
– Pedir ayuda con las finanzas, arreglos legales, asesoramiento diario, temas emocionales, atención de reposo o arreglos del hogar para convalecientes cuando se necesite.
– Revisar el hogar en cuestiones de medidas de seguridad, como barras en la pared cerca de la taza del baño y la bañera, luces nocturnas en los pasillos y en las escaleras, alfombras no resbaladizas, etc.
– Asegurarse que todos los profesionales sanitarios tengan una lista completa de todas las recetas y todos los medicamentos que tome el paciente, sin receta.
Busca apoyo en familiares o en profesionales, para sobrellevar esta enfermedad de una manera más liviana.