A menudo los cuidadores asumen grandes riesgos y situaciones que ponen en peligro su propio bienestar y salud personal con tal de garantizar los cuidados que la otra persona necesita.
De hecho, los cuidados para el propio cuidador son tan importantes como los de la persona a la que se cuida. Es la mejor manera de estar preparado y mejorar nuestras capacidades para cuidar adecuadamente a esa persona.
Por ello, vamos a ver un decálogo de consejos para cuidadores que deben tomar para cuidarse a sí mismos:
- Reconocer cuando se necesita ayuda es clave y ello le hará más eficaz en su labor.
- Si se encuentra en algún momento ante una situación de sobreesfuerzo o agotamiento, no lo trate de ocultar, son normales y muy comunes en los cuidadores, y reconozca abiertamente que necesita apoyo.
- Aprenda a pedir ayuda, bien delegando tareas en otros miembros de la familia, a través de la solicitud de ayudas sociales o externas. E incluso, no dude en recurrir a un profesional (psicólogo o psiquiatra) o a grupos de autoayuda o asociaciones, pueden ser de los más eficaces.
- Para tener mayor sensación de control y eficacia personal es recomendable solicitar información y formación para conocer el tipo de medicación que necesita la persona que cuida, los problemas derivados de la nutrición, posibles complicaciones, adaptación del hogar, etc.
- Disponer de expectativas reales sobre los cuidados de la persona. Haremos lo posible para ayudarle pero ciertas cosas no están en nuestra mano (pensar que conseguiremos que no empeore), e incluso pensar que nosotros podremos con todo sin ayuda.
- Mantener una mentalidad positiva y optimista. Alegrarse por los logros y no prestar atención sólo a los fallos o deficiencias.
- No descuidarse a sí mismo. La salud es fundamental, descansar, dormir las horas recomendadas, una dieta saludable y disponer de ratos de ocio para descansar y relajarse.
- Los vínculos con amigos y familiares ayudan a evitar el estrés, así que no se aísle de sus relaciones sociales y trate de mantener el contacto con las personas de su entorno
- Aprender a decir “no” a las exigencias y demandas excesivas del paciente y sin sentirse culpable.
- Organización de tareas semanales y diarias. Priorizar y asumir qué cosas no se van a poder hacer por falta de tiempo, que es precisamente una de las cosas que más preocupa a los cuidadores.
- Motivar al paciente a hacer todo lo que pueda aunque necesite más tiempo para ello o no lo haga adecuadamente.
- Recurrir a centros de día, residencias para ingresos temporales, personal contratado de asistencia domiciliaria para que le ayude en las labores del hogar o en cualquier cosa que pueda necesitar.
Por lo tanto, para garantizar el buen cuidado de la persona que nos necesita, no hay nada mejor como cuidarnos a nosotros mismos para poder ofrecer nuestra ayuda con todas nuestras capacidades.
2 comentarios. Dejar nuevo
Ayudar a Otro Ser Humano, sin mermarse a Sí Mismo, es el único Servicio de Valor Verdadero, y la única manera, en realidad ‘de Servir’. Tao Té King
Gracias Asunción. Cuanta razón.