¿DE QUÉ TE RÍES?
La risa es una cualidad que tan solo tiene el ser humano ¿lo sabían? Bueno, a decir verdad, también hay algunos primates capaces de reírse, pero todo queda en la misma familia ¿no?
En estos días he estado buscando una definición de la risa. Me ha sorprendido comprobar que algo tan básico, cotidiano y vital tenga definiciones tan pobres como “La risa es una respuesta biológica producida por el organismo como respuesta a determinados estímulos”; o “el movimiento de la boca y otras partes del rostro, que demuestra alegría”.
La verdad, pienso que cuanto más importante es algo para las personas, más dificultad tenemos para definirlo. O si no, por ejemplo, intenten definir con sus propias palabras qué es el amor. Al ver lo dificilísimo que es acercar una definición a lo que es la risa me di cuenta de lo importante que es en nuestro día a día.
Hagamos un ejercicio de memoria ¿cuántas veces se han reído (o sonreído) en el día de hoy?, ¿y ayer?, ¿Han pasado más de un día sin reírse? Comprobarán que al menos una vez al día, con mayor o menor intensidad se han reído. Si no es así, deberían de planteárselo muy seriamente dados los beneficios que esto tiene.
Desde tiempos inmemoriales se ha utilizado la risa como terapia debido los efectos positivos que tiene en las personas. Aunque ahora, parece ser que se ha puesto de moda la risoterapia, ya en el antiguo imperio chino, las personas se reunían en templos para reír con la finalidad de equilibrar la salud.
Los numerosos estudios publicados a respecto aseguran que la risa sincera, abierta, a carcajada sonora, provocan una reacción en cadena en nuestro organismo capaz de producir cuantiosos efectos positivos, ya que moviliza gran parte de la musculatura corporal, favorece la circulación sanguínea, aporta oxígeno a los pulmones, facilita la digestión mediante un masaje a los órganos internos y relaja el sistema nervioso.
Durante la risa, nuestro cerebro es capaz de producir endorfina, una sustancia química que reduce el dolor y refuerza el sistema inmunológico.
Al reírnos reducimos el estrés, considerado el mal endémico de esta sociedad, el cual es capaz de producir un sinfín de enfermedades, como hipertensión arterial, problemas cutáneos, depresión, cáncer, problemas digestivos, de corazón etc.
En noviembre de 2012, tuvo lugar el I Simposium Internacional sobre Envejecimiento Activo y Solidaridad Intergeneracional, en el la profesora María del Rosario Limón Mendizábal defiende que unos de los elementos necesario para envejecer de una manera activa y saludable es no perder el sentido del humor, ya que, además de todo lo explicado, es una herramienta principal para conseguir la adaptación y aumentar el bienestar personal.
Pero lo mejor de todo, lo que se obvia en todos los estudios científicos, tal vez porque no se puede cuantificar, lo que no se suele decir en los seminarios y jornadas celebradas, es muy sencillo, vuelvo de nuevo a hacer referencia a lo más básico, cotidiano y vital. Les hablo de la FELICIDAD. Mientras nos reímos somos felices y transmitimos felicidad a los demás, aparcando en estos momentos, cualquier otro tipo de problema o elemento negativo de nuestro día a día.
Dicho esto, solo me queda desearles una cosa:
¡FELIZ Y RISUEÑO DÍA!