Ser socialmente activo reduce el riesgo de presentar deterioro cognitivo
La socialización y la interacción personal actúan como elementos protectores de la salud ya que favorecer un envejecimiento activo y feliz, pero además “reduce el riesgo de presentar deterioro cognitivo asociado al envejecimiento”, según el doctor David Curto, jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
“Las relaciones sociales favorecen también la llamada ‘reserva cognitiva’ que es la habilidad del cerebro para tolerar o compensar mejor los efectos de las patologías asociadas a la demencia. Ser una persona socialmente activa reduce el riesgo de presentar un deterioro cognitivo asociado a la edad y protege, en cierta medida, frente al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como puede ser el alzhéimer”, señala.
No obstante, Curto advierte de que “las relaciones sociales pueden prestar apoyo, pero también pueden ser fuente de conflicto”. “Unas relaciones conflictivas con la familia o con la comunidad tienen un efecto perjudicial para la salud. Se trata además de una cuestión que afecta más a las mujeres y a nivel psicológico”, señala.
Por tanto, para que las relaciones sociales sean un elemento protector de la salud, el experto recuerda que “el mayor debe sentirse integrado en la comunidad donde vive, sentirse valorado y útil además de contar con un círculo de personas de su confianza, familiares o amigos”.
Para fomentar las relaciones sociales se recomienda “hablar con otras personas en grupo de manera distendida”, esto consideren que puede facilitar la resolución de problemas ya que aumenta la capacidad intelectual.
Por otro lado, es aconsejable fomentar las amistades ya que ofrece beneficios mentales como, por ejemplo, la mejoría de la función ejecutiva que engloba el conjunto de habilidades cognitivas que permiten anticipar y establecer metas, elaborar planes y programas, iniciar actividades mentales y efectuarlas eficientemente.
Asimismo, hay que tratar de mantener un contacto frecuente con los seres queridos. “Mantener con familiares y amigos el contacto frecuente, tanto en persona como a través del teléfono o las nuevas tecnologías”, señala.
Y, finalmente, promover la participación tratando de desarrollar actividades, -educativas, deportivas, lúdicas, etc.- que se adapten a las necesidades físicas y emocionales de cada persona, siempre basándolas en la interacción entre personas.
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