
El 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Párkinson, una fecha dedicada a aumentar la conciencia sobre esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Esta jornada fue establecida en 1997 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la European Parkinson’s Disease Association (EPDA) para coincidir con el nacimiento de James Parkinson, el médico británico que describió por primera vez la enfermedad en 1817.
¿Qué es la enfermedad de Párkinson?
El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa y progresiva del sistema nervioso central que afecta principalmente al control del movimiento. Se produce por la pérdida de neuronas encargadas de producir dopamina, una sustancia química esencial para la coordinación motora. Aunque la causa exacta del párkinson es desconocida, se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales contribuye a su desarrollo
¿Qué causa el Parkinson?
Como hemos dicho anteriormente. aunque todavía no se conoce con certeza la causa exacta de la enfermedad del Párkinson, la investigación avanza cada día para desentrañar los factores que la provocan. Hoy en día, la comunidad científica considera que una combinación de factores genéticos y ambientales puede estar detrás de la aparición del Párkinson.
Causas genéticas
Aunque no es habitual que el párkinson se herede de padres a hijos, en algunos casos sí se ha observado una cierta predisposición familiar. Esto se debe a mutaciones en determinados genes que parecen transmitirse de generación en generación, provocando la enfermedad en varios miembros de una misma familia. Aun así, este tipo de casos son poco frecuentes.
Actualmente, la investigación genética es clave para entender cómo ciertos genes pueden influir en el riesgo de desarrollar párkinson, en su aparición y en su progresión. Los avances en este campo abren la puerta a posibles tratamientos más personalizados en el futuro.
Causas ambientales
Existen también indicios de que la exposición a determinadas sustancias tóxicas podría estar relacionada con el deterioro de las neuronas encargadas de producir dopamina. Entre estos factores ambientales se encuentran:
- Herbicidas y pesticidas.
- Metales pesados.
- Algunos virus o bacterias.
Un caso llamativo ocurrió en los años 80, cuando varias personas en California desarrollaron síntomas graves e irreversibles similares al párkinson tras consumir heroína contaminada con una sustancia química llamada MPTP. Este incidente marcó un antes y un después en la investigación, ya que permitió a los científicos avanzar en la comprensión de los mecanismos de la enfermedad.
Una combinación compleja
En la mayoría de los casos, se considera que el párkinson aparece por una interacción compleja entre predisposición genética y factores ambientales. El grado de influencia de cada uno varía de una persona a otra, lo que hace difícil determinar una causa única. Aun así, comprender esta interacción es clave para avanzar en la prevención, el diagnóstico temprano y el desarrollo de nuevas terapias.
Síntomas más comunes del Párkinson:
Los síntomas principales incluyen:
- Temblores en reposo.
- Rigidez muscular.
- Lentitud de movimientos (bradicinesia).
- Problemas de equilibrio.
Pero más allá de los síntomas motores, muchas personas con párkinson enfrentan síntomas no visibles pero igual de duros: ansiedad, depresión, insomnio, trastornos digestivos o disfunciones sexuales. Además, los tratamientos dopaminérgicos, si bien efectivos, pueden tener efectos secundarios difíciles de gestionar, como hipersexualidad, celos o comportamientos compulsivos, tal como recoge una reciente publicación de la Cadena SER.
Factores de riesgo
Principalmente la primera causa de riesgo para el Parkinson es la edad, puesto que la mayoría de las personas tienen más de 60 años cuando desarrollan la enfermedad. Sin embargo, entre el 12 % y el 15 % de las personas con párkinson tienen menos de 45 años, lo que se conoce como
enfermedad de párkinson de inicio temprano (o PAR).
Terapias y nuevos avances en el Párkinson
Aunque actualmente no existe una cura para el párkinson, los tratamientos se centran en aliviar los síntomas. Recientemente, la FDA aprobó un nuevo tratamiento para las etapas avanzadas de la enfermedad, ofreciendo esperanza a muchos pacientes. Además, terapias como la logopedia y la terapia ocupacional desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la calidad de vida de los afectados.
Muchas personas encuentran técnicas o terapias complementarias que le hacen la vida más fácil, por ejemplo las técnicas de relajación y control de estrés. Por ejemplo la acupuntura se utiliza para la reducción del dolor y la rigidez, lo que ayuda con las dificultades para caminar. También ayuda con los problemas digestivos, el insomnio, la depresión o la ansiedad.
Otra nueva terapia es la «técnica Alexander» es una técnica de autocuidado que busca mejorar el estado físico y aliviar el estrés. Durante las clases, un instructor te da indicaciones verbales y no manipulativo para guiar tus movimientos, ayudándote a desarrollar técnicas como:
- autoobservación más aguda
- La capacidad de mantener la calma y reducir la tensión de un momento a otro durante el día.
- mejores formas de abordar las actividades diarias
- Descanso activo, que incluye ejercicios de respiración y liberación de la rigidez muscular, para profundizar su sensación de calma.
La idea es aplicar estas técnicas en tu vida diaria mientras te mueves o realizas actividades físicas como escribir, hacer ejercicio o tocar un instrumento. Varios estudios han demostrado la eficacia de la TA, incluidos estudios específicos de personas con Parkinson.

Filmografía sobre Párkinson
El cine ha abordado la temática del párkinson en diversas ocasiones, ofreciendo perspectivas valiosas sobre la enfermedad. Algunas películas y documentales recomendados:
- Amor y otras drogas (2010), que aborda una historia romántica con una joven con párkinson.
- Awakenings (1990), inspirada en hechos reales y protagonizada por Robin Williams y Robert De Niro.
- Still: A Michael J. Fox Movie (2023), un testimonio honesto sobre su vida con la enfermedad.
¿Cómo podemos ayudar desde Adiper?
Desde Adiper, acompañamos, cuidamos y apoyamos a las personas que viven con párkinson y a sus familias, que muchas veces son también “coenfermas”, porque sufren la enfermedad desde otra perspectiva. Sabemos que el párkinson no solo afecta al cuerpo, sino también a la vida emocional, social y familiar de quienes lo padecen.
Por eso:
Formamos a nuestros profesionales para ofrecer un cuidado integral, respetuoso y adaptado a cada fase de la enfermedad.
Apoyamos emocionalmente a las familias y cuidadores, que merecen tanto reconocimiento como los propios pacientes. Su entrega, paciencia y amor hacen posible la vida diaria de miles de personas.
Damos visibilidad a iniciativas, investigaciones y testimonios que impulsan una mejor comprensión de la enfermedad.
Fomentamos la autonomía, el ejercicio y la vida activa, porque vivir con párkinson no significa renunciar a la calidad de vida.
En Adiper, estamos comprometidos con una sociedad más consciente y solidaria, donde la atención a las personas con párkinson sea una prioridad compartida.