Una de las obligaciones de todas las profesiones es el análisis de las nuevas tendencias del mercado, así como evaluar el posible impacto que pudieran tener en ellas, ya bien sean desfavorables o favorables. Una de ellas es, sin duda, el envejecimiento de la población.
En los últimos años, con el avance de la sanidad o de la tecnología, la esperanza de vida de las personas se ha incrementado considerablemente. A pesar de todo esto, aún debemos dotar de otras soluciones para la protección de sus ahorros o mantener un estilo de vida saludable.
En España, además del envejecimiento normal de la población, ha habido dos hechos que ha agravado aún más la situación del país: el baby boom de los años sesenta-setenta y la bajísima tasa de natalidad que tenemos en comparación con otros países de Europa. Esto ha provocado que el número de personas que con sus cotizaciones financian pensiones, sanidad y dependencia, sea uno de los más bajos de los países de nuestro entorno; y la previsión es que disminuya en los próximos años.
Ante esta situación, se deben imponer medidas necesarias para asumir las prestaciones de la población envejecida. Para poner unos ejemplos:
En primer lugar, los costes de la atención sanitaria y de ayuda a la dependencia podrían controlarse o reducirse mediante el uso de estrategias que disminuyeran la frecuencia con que los mayores utilizan los servicios, o con un copago racional que pudiera evitar la atención innecesaria; o mediante la mejora de la salud y la prevención de las enfermedades.
En segundo lugar, también podría incentivarse a los proveedores de servicios sanitarios para que sigan las directrices preventivas, fomentar la vida activa y sana, propiciar que se pueda envejecer en la vivienda o conceder beneficios para los cuidadores familiares, etc.
Finalmente, si las dos medidas anteriores no son bien aceptadas por la población, otros países aplican medidas como aumentar la edad de jubilación forzosa, incentivar el trabajo más allá de 65 años, incentivar fiscalmente el ahorro…
El envejecimiento es uno de los grandes retos de la sociedad de cara al futuro. Las personas mayores serán el principal pilar de la economía y debemos transformar nuestro entorno para favorecer una vida activa. En la próxima entrada, se profundizará sobre los retos para lograr un envejecimiento activo y saludable.