Bien dice el refrán que el perro es el mejor amigo del hombre. Un perro es capaz de sacar lo mejor de ti, por eso, las personas que tienen un perro esbozan de manera inconsciente una sonrisa al hablar de estos simpáticos y peludos compañeros.
Es impresionante la unión que un perro y su amo pueden llegar a tener; tanto es así que tan solo con la mirada pueden llegar a comunicar sentimientos, estados de ánimo etc. Pero, ¿por qué se da esta relación?
Un equipo de científicos encabezados por el veterinario japonés TakefumiKikusui, comprobaron, tras encerrar a un grupo de perros con sus amos, que cuanto más se miraban ambos, más oxitocina (hormona de amor) producían; hecho que no se repita con otro animal.
Gracias a esta estrecha relación nos hemos beneficiado de manera histórica de las innumerables ventajas de convivir y adiestrar a este animal. Así todos conocemos los perros guía, fieles compañeros de los invidentes, perros de salvamento, capaces de actuar en cualquier catástrofe para salvar la vida de los hombres, perros policía, utilizados y adiestrados para la seguridad pública e investigación policíaca, y los perros terapeutas.
Estos últimos son aquellos que han sido entrenados para trabajar con personas enfermas con el fin de conseguir logros en el ámbito físico, social, cognitivo y emocional.
Hace más de diez años que asociaciones y ONG como Intervención, Ayuda y Emergencias trabaja con canes para la ralentización de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Se trata de realizar una serie d ejercicios y juegos capaces de mejorar el día a día de los enfermos y enfermas de Alzheimer.
Lo primero es el acercamiento: Reposar la cabeza sobre la persona con Alzheimer provoca la primera reacción de manera inmediata; las caricias. Los efectos positivos comienzan al interactuar con el animal. Se estimula el tacto, movilidad y memoria al evocar recuerdos.
Conseguido este objetivo, lo siguiente es programar los ejercicios de estimulación: Lenguaje, actividades de la vida diaria, movilidad, psicomotricidad, praxias, gnosias, funciones ejecutivas, y, como no puede ser de otra manera, emociones. Los perros adiestrados, no solo consiguen sacar a la persona con demencia de su soledad y aislamiento, sino que además hace que se encuentre más predispuesto al trabajo y aumente su agilidad mental.
Los centros de día para mayores y residencias para personas con demencias que han puesto en marcha esta terapia han obtenido los siguientes resultados:
- Mantenimiento de la rutina cotidiana.
- Relajación y mejora del sueño.
- Mejora de la
- Compañía y afecto.
- Aumento de la actividad física y mental.
- Integración social.
- Tranquilidad frente a situaciones nuevas y desconocidas.
Por todo esto, hoy reto, no solo a los centros especializados, sino a todas las familias que tengan mascota, que este verano interactúen con personas mayores de su entorno, pues además de formar parte de una terapia no farmacológica, pueden iniciar una bonita amistad.
1 comentario. Dejar nuevo
Es muy triste padecer esta enfermedad.
Que hacer para evitarla y mas cuando se vive solo.