Hoy, como todos los días Manuel se ha levantado temprano, muy temprano. Debe ir a la Asociación a hacer sus ejercicios, quiere ir andando pues está a dos manzanas, pero necesita tanto tiempo para prepararse…
Conseguido este reto, agarra su bastón y se dirige a la puerta. En realidad no lo necesita pero le da seguridad, es un truquillo para cuando se pare. “Venga Manuel,- se repite a sí mismo al acercarse a la puerta- que no se note mucho. Aquí siempre me atasco. – Al acercarse los pasos disminuyen de manera involuntaria y se queda parado antes de pasar por el arco de la puerta de salida. – Una, dos y tres, patada al bastón y el pie funciona. Jeje, con este truco he vuelto a engañar a estos torpes pies”.
Paso a paso, Manuel avanza por la calle hasta llegar a la Asociación de Parkinson. Con suerte no se cruza con nadie conocido y así no tiene que dar explicaciones. Ya es demasiado cansino vivir 24 horas esforzándose al máximo para conducir su cuerpo que hace lo que le da la gana.
La enfermedad de Parkinson es una de las patologías neurológicas más frecuentes. Consiste en un desorden crónico y degenerativo de una de las partes del cerebro que controla el sistema motor y se manifiesta con una pérdida progresiva de la capacidad de coordinar los movimientos. Se produce cuando las células nerviosas del área cerebral que controla el movimiento (sustancia negra del mesencéfalo), mueren o sufren algún deterioro.
Afecta por igual a hombres y mujeres de todas las razas. Su desarrollo está relacionado con la edad: aparece generalmente a partir de los 50 años y la media de inicio de los síntomas se sitúa en los 60.
Los síntomas de las personas que lo padecen son visibles:
1. Temblor: un movimiento rítmico hacia detrás y adelante que suele empezar generalmente en la mano, un pie o mandíbula.
2. Rigidez: falta de flexibilidad muscular.
3. Bradicinesia: Pérdida de movimiento automático y espontáneo. Lo cual enlentece cualquier acción que desee hacer en enfermo (a).
4. Inestabilidad: postura inclinada hacia adelante, lo cual produce pérdida de equilibrio y caídas frecuentes.
Otros menos visibles son:
5. Depresión: síntoma común en enfermedades crónicas y degenerativas.
6. Dificultad urinaria y estreñimiento: manifestadas en incontinencia y lentitud de músculos intestinales.
7. Problemas al tragar: afecta a la glotis. Comunes atragantamientos y balbuceo.
8. Dificultad en la comunicación verbal: Al menos el 50 por ciento hablan en voz baja, dudan antes de hablar, repiten palabras o hablan demasiado rápido
Es importante combinar el tratamiento farmacológico (Levodopa, Bromocriptina, Anticolinérgicos, entre otros), con ejercicio físico para procurar mantener el tono muscular y las funciones motoras.
Conocer y convivir con esta enfermedad es muy complicado. Las Asociaciones de Parkinson juegan un papel muy importante, ya que ofrecen a la persona enferma y familiares asesoramiento social, sanitario y psicológico a sus asociados. Además dotan de las herramientas necesarias para normalizar sus vidas.
“He llegado bien-piensa Manuel-. Aquí me siento mejor. Sin obstáculos, sin preguntas, sin miradas raras ni risas de gente insensible. Aquí no hay nadie que se sienta incómodo con mi presencia, ni mis movimientos de cabeza, brazos y piernas. Hoy empiezo otra batalla que, como siempre queda en tablas, y mañana otra vez, y pasado y al otro. Así hasta que uno de los dos, esta enfermedad o yo, se rinda. Aunque imagino quién vencerá, yo cada día estoy más cansado”