La fibrosis quística se trata de es una enfermedad genética y crónica que, desgraciadamente, hoy en día no tiene cura. Afecta a las zonas que producen secreciones espesándolas por lo que hay una obstrucción en dichos canales que terminan en infección e inflamación de las zonas destruyéndolas.
Este tipo de enfermedad se manifiesta desde que la persona nace con varios órganos del cuerpo afectados (pulmones, hígado, páncreas principalmente) por lo que es una patología compleja dado que, además, no todas las personas que tienen fibrosis quística cuentan con los mismos síntomas o con los mismos órganos afectados. Aunque sin lugar a dudas, el más grave de los problemas de un enfermo de fibrosis quística es el pulmonar. Cuando hay alguna infección que afecte a esa zona, el tejido pulmonar es dañado y en algunos casos pueden llegar a necesitar un trasplante.
Síntomas de la fibrosis quística
Como ya hemos comentado, esta enfermedad es algo compleja puesto que no afecta por igual a todos los que la padecen. Pero podemos dejarte algunos de los síntomas que suelen ser comunes de quienes tienen esta enfermedad:
Tos
Cansancio
Fiebre alta
Neumonía
Bronquitis
Sinusitis
Rinitis
Insuficiencia pancreática
Diagnóstico y tratamiento
Para llegar a detectar esta enfermedad se debe realizar un examen de sangre muy específico, además del IRT o tripsinógeno inmunorreactivo. A los recién nacidos se le realiza una prueba que detectar si tienen o no fibrosis quística. Como siempre, un diagnóstico precoz es fundamental para poner un tratamiento adecuado que puedan frenar en cierto sentido esta enfermedad, ayudando a que las secreciones no sean tan espesas y antibióticos para evitar las infecciones.
Si quieres más información sobre la Fibrosis Quística Pulmonar, puedes encontrarla en la web de la Federación Española de Fibrosis quística.