¡Por fin entramos en el esperado verano! La estación más alegre del año se hace de nuevo presente. Con el sol como protagonista y centro de nuestras vidas, modificamos la rutina diaria, para poder participar de las ventajas del calor. Ha llegado el tiempo de relajarse, salir a la calle, desprenderse de ropas y, al menos durante unos días, descansar de los horarios y los agobios laborales y escolares.
El que más y el que menos, aprovecha para darse una escapada a la montaña para recoger, de primera mano, el aire fresco que ofrece la naturaleza. O por el contrario, se lanza al agua salada de la playa para jugar con el vaivén de las olas mientras se enfría la bebida que acompaña al “pescaito” a mediodía.
Sea como sea, el verano está cosechado de numerosas olas de calor a las cuales debemos de tratar con mucho respeto, porque si no aceptamos sus “normas de uso” nuestro amigo Lorenzo, nos puede sancionar con más de una multa de agotamiento, calambres, golpes de calor y deshidratación. Y es que, aunque todos y todas debemos de ser precavidos con las altas temperaturas, hay grupos de riesgo con los que hay que extremar los cuidados, dada su vulnerabilidad, estos son:
- Personas mayores, discapacitadas y los niños menores de 5 años.
- Las personas con enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes, cardiopatía, obesidad, alcoholismo).
- Las personas que tomen alguna medicación habitualmente.
- Las personas que realizan trabajos físicos intensos o deporte al aire libre cuando hay temperaturas elevadas.
Para que nada de lo dicho nos suceda y podamos disfrutar del maravilloso sol y calor que nos ofrece el verano debemos de tomar las siguientes precauciones:
- Evitar salir de casa durante las horas centrales del día (entre las 12 del mediodía y las 6 de la tarde). Aprovecha para hacer las tareas del diario y otras más placenteras, como leer, ver tv, etc.
- Beber más líquidos, sin esperar a tener sed: de esta manera se evitará la deshidratación. Aprovecha la variedad de zumos naturales que te ofrece la temporada y lleva siempre una botella de agua.
- Evita comidas copiosas y disfruta de las verduras y frutas. El verano te permite realizar una gran variedad de ensaladas y platos atractivos en color y sabor.
- Reducela actividad física: Aunque es importante llevar una vida activa y realizar deporte, en verano puedes reducir la intensidad, esto te permitirá evitar agotamientos innecesarios, mareos, etc.
- Descansa con frecuencia a la sombra. Quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija. ¡Esto es justo lo que buscamos en verano!
- Usa ropa de tejidos naturales, ligera y holgada, de colores claros, sombrero, gafas de sol: No solo te permite tener un look actual, sino que además te protege de los temidos rayos del sol. Ah! Y no te olvides de la protección solar antes de salir de casa.
- Permanece en espacios ventilados o acondicionados para evitar las altas temperaturas. En casa procura estar en las habitaciones más frescas. Para evitar que se caliente mucho procura bajar las persianas durante el día y cierra las ventanas, así no dejarás pasar el calor; de lo contrario por la noche, intenta abrirlas y sube las persianas, para dejar pasar el airey ventilar.
- Mantén los alimentos en el frigorífico y vigila siempre las medidas higiénicas de conservación. Vigila los alimentos especialmente delicados como el huevo.
- Cuando estaciones el coche no dejes en el interior a niños ni ancianos con las ventanillas cerradas. Si vas a bajarte solo un momento, procura aparcar en la sombra y las ventanas abiertas. Pero, para más seguridad, salid todos del vehículo hasta realizar la gestión que sea.
- Ayuda a las personas que puedan estar en mayor riesgo de sufrir los efectos del calor. Por ejemplo, transmitiendo este decálogo.
Dicho esto, solo me queda decir una cosa, y es:
¡FELIZ VERANO!
