A medida que se acercaban a su 64 aniversario de bodas, Trent se puso muy enfermo. Fue admitido en el Hospital Saint Thomas West, en Tenesse (EE.UU.) después de sufrir insuficiencia renal, pero su situación rápidamente se deterioró.
Dolores, que estaba bien mientras estaba junto a su cama, sufrió un aneurisma cerebral mientras observaba a su marido morir.
El hospital puso sus camas uno al lado del otro, y se tomaron las manos antes de morir. El 9 de diciembre, a las 21:10, Dolores falleció. Su hijo, Eddie, se inclinó y le dijo a Trent lo que había pasado. Él le sopló un beso y murió unas horas más tarde.
Su hija, Sheryl, le dijo al Washington Post: «Ella se había ido y él simplemente no pudo con ello. No lo había pensado de esta manera en ese momento. Él literalmente, murió con el corazón roto. Nunca en un millón de años pensé que iba a salir del hospital sin ninguno de los dos».