Comenzamos definiendo primero la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia y a las familias de España, más conocida como «ley de dependencia».
Esta ley sienta las bases para construir el futuro Sistema Nacional de Atención a la Dependencia, que financia los servicios que necesitan las personas dependientes, bien por sufrir una enfermedad o que al llegar a la vejez se garantice un sustento mínimo.
La dependencia personal es la incapacidad funcional para el desarrollo de actividades de la vida diaria, por requerir ayuda para su realización.
Hasta aquí la definición técnica, pero en Adiper preferimos hablar de la parte humana, de la parte que toca a las personas, nuestros mayores o familiares que necesitan una mano para cubrir sus necesidades cotidianas, sin olvidarnos del apoyo moral, compañía y esa parte de hacer que las personas mayores no se sientan solas y a falta de atención y cariño.
Por lo general, nuestros familiares que necesitan ese tipo de ayuda, tienden a negar la parte de ayuda que necesitan cuando llegan a cierta edad. Esa sensación de “estorbo” y de no dar trabajo a sus hijos, que a su vez están muy ocupados en su familia, hijos y trabajo, hacen que ellos tengan ese concepto interno.
También resulta difícil para nuestros mayores reconocer que necesitan ayuda, que sus condiciones y capacidades físicas han disminuido con la edad y que realizar actividades cotidianas, que ahora les supone un mayor esfuerzo o simplemente necesitan ayuda porque sus condiciones físicas han cambiado.
Por eso, para hacerlo todo esto desde un plano más normalizado, la ayuda a domicilio puede comenzar como algo puntual, unas dos o tres veces por semana, para encargarse de la limpieza del hogar de nuestros abuelos y/o hacerles la comida, para que lleven también una dieta más acorde a su edad.
No olvides a tus abuelos, recuerda que todos llegaremos a esa situación, y con un poco de ayuda y cariño, se envejece de manera más feliz.